La lucha contra el coronavirus se ha desatado en todos los países del mundo, y todos montan de forma apresurada hospitales de campaña que den apoyo médico al sistema sanitario. A pesar de que la pandemia es global, llama la atención cómo la solución que aporta cada región está adaptada a los medios de cada país, adoptando aproximaciones diferentes a necesidades similares.
Algunos países optan por ampliar las camas hospitalarias en líneas generales, otros trabajan para llevar UCIs allí donde más falta hacen. La mayoría adopta una perspectiva mixta que, incluso ampliando ambos tipos de infraestructura —cada una con sus requisitos técnicos— sirven a propósitos diferentes: hacer test masivos, liberar camas hospitalarias, aportar cuidados intensivos, etc.
El hospital de campaña modular
Probablemente los dos hospitales de campaña más conocidos en la batalla frente al coronavirus fueron los dos primeros. Wuhan, epicentro de la pandemia a nivel mundial, construyó los hospitales Huoshenshan (1000 camas) y Lei Shen Shan (1500 camas) en una ventana temporal de dos semanas. Un logro a nivel logístico y un éxito como estrategia sanitaria.
Este tipo de hospital, si bien remarcable y particularmente útil, no puede ser exportado a otros países como es España o incluso Estados Unidos. Wuhan es una región grande comparada con estos dos países, pero relativamente pequeña en comparación con el resto de China, que movilizó contenedores y material de todo el continente para ubicarlas en la provincia de Hubei.
En el caso de otros países mucho más pequeños, como puede ser el nuestro, los recursos disponibles son mucho más escasos y el apoyo exterior, aunque existe y es de agradecer, está más limitado. Levantar un hospital de campaña modular usando cientos de contenedores hospitalarios está fuera de nuestro alcance en recursos por mucho que sepamos que los pacientes se beneficiarán del espacio.
Al haber sido los primeros, Huoshenshan y Leishenshan se han llevado las medallas y las críticas. La rápida ejecución de ambos hospitales ha sido brillante, y en ocasiones algunos errores de ejecución han puesto en duda la necesidad de la velocidad. No cabe duda de que esta era necesaria para frenar la pandemia, y que el mejor modo de construir un hospital no es hacerlo rápido.
Hospitales de campaña en interiores
El caso español también es paradigmático. Tanto por cómo está afectando la pandemia a su población como por la forma que han adoptado alguno de los hospitales de campaña más interesantes a nivel mundial. Tanto, que el “modelo Ifema” está siendo replicado en otras regiones y países.
Cuando hace unas semanas se nos solicitó desde la Comunidad de Madrid algunas posibles soluciones para la ubicación y diseño interno de estos hospitales —arriba se muestra un módulo de 46 camas y dos puestos de enfermería— y de otras instalaciones como la de los centros de diagnóstico —abajo, centro de test rápido COVID-19 desde vehículo—, uno de los emplazamientos que mencionamos en el informe fue el de este recinto ferial.
Sus grandes dimensiones y el hecho de que sea diáfano, sumado a la presencia de climatización y fluido eléctrico seguro, la hacían interesante tanto para las camas hospitalarias básicas (Pabellón 5) como para las UCI (Pabellón 9). Las camas medicalizadas requieren, en líneas generales, electricidad, climatización y principalmente gases medicinales, además de saneamiento.
El recinto del IFEMA ya contaba con los dos primeros, y la red de fontanería y saneamiento para personal ya existía (no así la de enfermos), junto con las instalaciones de apoyo como son la seguridad y las comunicaciones. Pese a que el trabajo técnico realizado por especialistas para adaptar los servicios ha sido arduo y se ha realizado en tiempo récord, tener cubiertas de forma parcial condiciones básicas es algo que acelera el proceso de construcción de camas de UCI.
En un momento en que el tiempo de reacción es un parámetro que salva vidas, este tipo de análisis y soluciones resultan las más apropiadas. Así lo demostraba días después la construcción del segundo hospital de campaña de la región de Aragón, con 400 camas, que se está realizando dentro de las instalaciones de la Feria de Muestras de Zaragoza.
A estos se suman otros de corte similar. En Sabadell, una brigada de ingenieros está levantando el hospital temporal Salut Vallès (200 camas) en el interior de una pista cubierta de atletismo. En Barcelona, un diseño muy similar al croquis que presentamos arriba se está montando en el Hospital Fira Salut, en el recinto ferial FIRA.
L'hospital temporal ? a la Fira de Barcelona comença a prendre forma per engegar en cas que sigui necessari ✅
Anomenat Hospital Fira Salut, estarà a disposició del Sistema de Salut si convé incrementar espais ?️ per fer front al ? #coronavirus#JoActuo ? #EnsEnSortirem pic.twitter.com/hqQXGnG0Zw
— Salut (@salutcat) April 1, 2020
Nueva York opta por soluciones mixtas
El caso de Nueva York, debido a sus dimensiones, es particularmente interesante. Nueva York es, hasta la fecha, el mayor foco de contagio en los Estados Unidos. La enorme densidad poblacional de Manhattan y la falta de medidas de aislamiento durante las pasadas semanas han hecho que la propagación del SARS-CoV-2 se acelerase, por lo que la respuesta ha de ser proporcional.
De ahí que los hospitales de campaña y otras modalidades temporales de hospitales hayan dirigido su estrategia a separar enfermos sin síntomas, enfermos con síntomas leves, y enfermos de UCI en centros completamente aislados. Así, la llegada a puerto del barco medicalizado USNS Comfort (1.000 camas) tiene la labor de absorber parte de los enfermos sin coronavirus.
El objetivo con este buque es liberar espacio en hospitales locales, destinándolos a pacientes con síntomas leves pero que requieren tratamiento médico básico, evitando que estos se hacinen en pasillos o corredores, lo que sin duda empeoraría su cuadro médico. Al mismo tiempo se están levantando varios hospitales de campaña, de los que destacan:
Un hospital de campaña en Central Park basado en soluciones de tipo tienda que está transformando el Upper East Side. Se ha elegido este emplazamiento por varios motivos: en el distrito de East Harlem hay un hospital cada vez más saturado, y el parque, diáfano, permite la posibilidad de aumentar el número de tiendas del mismo modo que ocurrió con casetas en Hubei.
Hospitales de campaña en varios interiores de grandes dimensiones, como centro de convenciones Javits y en el USTA Billie Jean King National Tennis Center (conocido por ser el escenario del Open de tenis). Estas soluciones son similares a las que ya habían empezado a prestar servicios en el Ifema madrileño.
El USNS Comfort está completamente equipado para cumplir las mayores exigencias médicas, pero en el caso de Central Park todas las dotaciones de servicios han sido construidas in situ (red eléctrica, climatización) o se basan en soluciones portátiles como grupos electrógenos y bombonas de oxígeno como las que también se usan en el Javits y el USTA.
La pandemia es global, pero las soluciones locales se diseñan en base a las necesidades de la población y los recursos disponibles. Desde el punto de vista del diseño de hospitales de campaña y la ingeniería involucrada resulta fascinante descubrir las diferentes aproximaciones de cada región, de las que sin duda podemos tomar nota y analizar qué podemos aplicar.
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